miércoles, 25 de mayo de 2011

Por qué no más una? Por qué la otra?

La una lo vio todo, lo lloró todo, lo descubrió todo. Y en el camino perdió la capacidad de asombro.

La otra se la pasa jugando, no conoce de realidades sólo de sueños fugaces.

La una conocía de ventanas, de barreras y obstáculos. Creció de golpe y supo demasiado pronto del dolor.

La otra conoce de los espacios, la música y la risa; pero no se compromete, no sabe nada de responsabilidades.

La una, la primera, la original se quedó guardada en un cajón y allí la cuidamos, entre algodones, a veces sin querer le tiramos una media o un rulero... no la vemos acurrucada, es muy pequeña aún.

Tal vez algún día la una y la otra vuelvan a ser una sola. Supongo que pasará mucho tiempo en el camino.

Por ahora me voy con Abril a chapotear debajo de la lluvia.